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Modernismovienés

OTTO WAGNER (primero de la izquierda) con JOSEF HOFFMANN (segundo de la izquierda) y KOLOMAN MOSER (tercero de la izquierda) en el Café Bristol del Kärntner Ring, hacia el 1905 © IMAGNO/Colección Hubmann

“La Viena de entonces debió ser muy interesante  …“

Viena celebra en 2018 la Era Moderna. 100 años antes fallecieron cuatro de sus principales protagonistas: Gustav Klimt, Egon Schiele, Otto Wagner y Koloman Moser, los cuales marcaron de manera profunda y duradera la Viena del 1900.He aquí un repaso a la historia.

En 1918 ya nada era como antes

El mundo había cambiado. La insensata Primera Guerra Mundial provocó millones de víctimas mortales y la reorganización de Europa. Las monarquías de Austria y Alemania se desmoronaron. Los emperadores, reyes y príncipes se convirtieron “de la noche a la mañana en los despojos de un naufragio repentino del mundo” 1 . Se crearon nuevas repúblicas: en Austria la Primera, en Alemania la de Weimar. Y la mundialmente famosa “Era Moderna Vienesa” experimentó una gran cesura. No solo porque en 1918 fallecieron Klimt, Schiele, Wagner y Moser, cuatro personajes centrales de la época más importante de la historia del arte, la cultura y la sociedad austríacas, sino también porque la euforia del final de este larguísimo siglo XIX sucumbió ante los sueños de omnipotencia nacionalistas de algunos belicistas con delirios de grandeza.

MáS de dos millones de habitantes

Pocos años antes todo estaba todavía en orden. “La Viena de entonces debió ser muy interesante“, sentenció el escritor Hermann Bahr en su libro “Expresionismo”, publicado en 1916. Y era cierto: en la segunda mitad del siglo XIX Viena emprendió un particular camino y se convirtió en el centro del mundo intelectual y artístico. ¿Qué había sucedido? La revolución burguesa de 1848 no había dejado grandes huellas (democráticas) en Viena. Los Habsburgo, en la persona del emperador Francisco José, de talante conservador, se mantenían estables en el poder. La nobleza y el clero llevaban las riendas del estado. De todas las regiones de la Monarquía Danubiana venían inmigrantes a Viena, que hasta el año 1910 se convirtió en una ciudad multinacional, multilingüe y multicultural de más de dos millones de habitantes. En 1866 tuvo lugar la útima gran contienda bélica (que los Habsburgo perdieron, como tantas otras anteriores): la batalla de Königgrätz. Desde entonces los Habsburgo “solo“ tenían poder de decisión en la propia Monarquía Danubiana. Siguió un período de paz. Los judíos lograron el reconocimiento de sus derechos civiles en los años 1860. Al igual que la nobleza y el clero podían adquirir terrenos y edificarlos y se convirtieron en influyentes mecenas del arte. Con la Constitución de 1867, los liberales empezaron a tomar el mando. La gran quiebra de la Bolsa el 9 de mayo de 1873 les supuso un primer gran revés. Finalmente, en 1879 perdieron las elecciones legislativas. Los conservadores, liderados por el conde Eduard Taaffe, asumieron el control.

  • 1Lothar Machtan: “La abdicación. Cómo cayeron de la historia las testas coronadas de Alemania“ (“Die Abdankung. Wie Deutschlands gekrönte Häupter aus der Geschichte fielen“, dtv Verlagsgesellschaft, 22 de abril de 2016)

Joseph Maria Olbrich (izquierda), el pintor Franz Hohenberger, Koloman Moser y Gustav Klimt (derecha) en el jardín de Fritz Waerndorfer en Viena, 1899 © IMAGNO/ÖNB

El director de escena Franz Zavrel, Koloman Moser, Hermann Bahr y Peter Altenberg (de izquierda a derecha) en la playa de Venecia, 1913 © IMAGNO/Museo Austríaco del Teatro

© IMAGNO/Austrian Archives

Café de la Ringstrasse

con terraza, 1915

El café, punto de encuentro

Esta fase de grandes cambios sociales y políticos sirvió de caldo de cultivo para todo lo nuevo. Quien no pertencía a la alta sociedad intentaba compensarlo con un ascenso social en el campo del arte o la cultura. La gente empezó a ocuparse de los bellos aspectos de la vida y a cuestionar públicamente las circunstancias y los cargos políticos. La Viena de apariencia tranquila y acogedora era el lugar ideal para ello: no demasiado grande pero tampoco demasiado provinciana. Eric Kandel, neurocientífico y premio Nobel que en 1939 tuvo que abandonar Viena con sus padres hacia los Estados Unidos, constató posteriormente de manera muy acertada: “Verdaderamente, la vida en la Viena del fin de siglo ofrecía a científicos, escritores y artistas la posibilidad de intercambiar opiniones en el ambiente inspirador, optimista y de compromiso político de los salones y cafés.“ 2

También Carl E. Schorske, el gran historiador fallecido en 2015 que con su libro “La Viena de fin de siglo. Política y cultura“ publicó en 1980 una obra estándar de la Viena del 1900, era consciente del estatus especial de Viena: “En Londres, París o Berlín […] los intelectuales de los diversos sectores de la cultura, la ciencia y el arte, el periodismo y la literatura, la política y la filosofía apenas se conocían entre ellos.

Vivían en ambientes profesionales relativamente cerrados. A diferencia de estas, en la Viena de hasta el año 1900 había una gran compenetración de todas las élites. El salón y el café mantuvieron su vitalidad como instituciones en las que los intelectuales de todo tipo compartían ideas y valores y se mezclaban además con la élite de los mundos empresarial y universitario, orgullosa de su cultura general y artística.“ – Las ciencias naturales y las humanidades se mezclaban. Se creaban discusiones y debates, se escribía, publicaba, investigaba y experimentaba en todos los sectores. Los intelectuales, artistas, arquitectos, literatos, médicos, músicos, diseñadores y muchos otros más se reunían en diversas constelaciones en los salones o los cafés de la ciudad.

  • 2Eric Kandel: “La era del inconsciente“ (“Das Zeitalter der Erkenntnis“, Siedler Verlag, 2012)

SIGMUND FREUD en su casa de veraneo, 1932

© IMAGNO/FUndación privada Sigmund Freud

JOSEF HOFFMANN (izquierda) y OSKAR KOKOSCHKA, Secesión, 1955

© IMAGNO/Franz Hubmann

texto:Robert Seydel

Historiador, periodista, autor, responsable del ámbito del arte y las atracciones turísticas de la oficina de turismo de viena, así como de los años temáticos

„150 aniversario de gustav klimt“(2012)

„150 aniversario de la ringstrasse”(2015) y

„Belleza y Abismo. Klimt.Schiele.Wagner.Moser.“(2018)

El hombre lobo en la tertulia de mujeres

En este centro creativo participaban también Gustav Klimt, Egon Schiele, Otto Wagner y Koloman Moser, los cuales dejaron numerosas y bien marcadas huellas en Viena hasta el presente: Wagner (1841-1918) como aqruitecto y urbanista, Klimt (1862-1918) como inventor del modernismo vienés y retratista de la sociedad rica y guapa, Schiele (1890-1918) como enfant terrible del expresionismo y Koloman Moser (1868-1918) como cofundador de los Talleres Vieneses y primer diseñador gráfico y de productos. Junto a ellos, numerosos otros artistas, científicos, intelectuales y (por primera vez) muchas mujeres marcaron el carácter de esta ciudad. Gustav Mahler por ejemplo, que puso al día la Ópera de la Corte. O Arnold Schönberg, cuyo dodecafonismo revolucionó el mundo de la música. Sigmund Freud encontró en Viena el biotopo perfecto para publicar “La interpretación de los sueños“. Los “paisajes del alma” literarios de Arthur Schnitzler se basaron en los descubrimientos de Freud. “El mundo interior se convirtió en realidad.“ 3 Ya que “en ningun otro lugar el modernismo está tan impregnado de psicoanálisis como en Viena” 4 . Anunciar su propio suicidio se consideraba de buena educación.

Claro que raramente se llegaba a cometer. Y sobre sexualidad no se hablaba abiertamente, pero los cuerpos se plasmaron en los lienzos de los artistas. “El arte tiene que ser sincero en Viena, tiene que abrir el corazón del ser humano ... y sus muslos“, afirma la historiadora del arte Kia Vahland 5 . Oskar Kokoschka “asaltó los ambientes artísticos vieneses como un hombre lobo lo haría con una tertulia de mujeres“ 6 . Joseph Maria Olbrich creó el edificio de exposiciones más moderno de la época: la Secesión (“Al tiempo su arte. Al arte su libertad“) y su impresionante cúpula dorada. Adolf Loos aportó proyectos arquitectónicos alternativos en oposición al modernismo ornamental. Josef Hoffmann y Josef Frank desarrollaron los planteamientos básicos de la todavía hoy existente vivienda social. Los Talleres Vieneses se consagraron a la obra de arte total y propagaron un estilo atemporal en la vida cotidiana. Y Ludwig Wittgenstein, que participó en el diseño de la casa de Viena que lleva su nombre, publicó su “Tractatus logico-philosophicus”, en el cual apostaba por un lenguaje claro en la filosofía.

Berta Zuckerkandl, Fanny von Arnstein, la princesa Eleonora Fugger y Sophie von Todesco fueron solo algunas de las mujeres importantes que colaboraron en la cultura del debate político y social de Viena gracias a sus salones. La compañera de Klimt, Emilie Flöge, era diseñadora de moda y contribuyó a que las mujeres se liberaran del corsé. Y hay que mencionar aún a Alma Mahler-Werfel, para la mayoría una femme fatale, puesto que no solo era musa sino con frecuencia también amante. El hecho de que se dedicara a la composición ha caído hoy en día en el olvido.

  • 3Florian Illies: “1913. El verano del siglo“ (“Der Sommer des Jahrhunderts“, Fischer Taschenbuch, 21 de agosto de 2014)
  • 4 La historiadora del arte Kia Vahland en la revista Geo Epoche Edition Nr. 14 “La historia del arte“: ”Modernismo y Art Déco. La estética de la vida cotidiana” (“Die Geschichte der Kunst“: ”Jugendstil und Art Déco. Die Ästhetik des Alltags 1890-1940“, Gruner + Jahr, 2016)
  • 5id.
  • 6Kandel: “La era del inconsciente“ (Siedler, 2012)

En primer plano los trabajos de demolición del bastión y el inicio de la construcción del palacio schey, detrás el ya casi terminado edificio del heinrichshof, destruido durante la segunda guerra mundial, 1863

© IMAGNO/ÖNB

Surge la ringstrasse

Karl Kraus, el famoso publicista y editor de la revista “Die Fackel“ (La antorcha), apoyó a algunos compañeros (como por ejemplo a Peter Altenberg) y se enfrentó públicamente a otros grandes pensadores de la talla de Freud, Schnitzler o Bahr. Y mientras unos se peleaban, otros se dedicaban a los bellos aspectos de la vida, por ejemplo Eduard Josef Wimmer-Wisgrill, que fundó en 1907 el departamento de moda de los Talleres Vieneses y desarrolló la “moda vienesa“. Sin olvidar que en esta época surgió el gran bulevar llamado Ringstrasse, cuya construcción se decidió en1857. Hasta principios del siglo XX se construyeron numerosos edificios suntuosos, palacios de la nobleza y la pujante burguesía a lo largo de una superficie de 5,3 km. de longitud. Los materiales modernos hicieron su aparición, pero por desgracia también muchos emigrantes procedentes de Bohemia y Moravia (los despectivamente llamados “Bohemios de ladrillo” – “Ziegelbehm”) que trabajaban en las fábricas de ladrillos de la ciudad bajo condiciones de esclavitud para crear el material de construcción de las élites.

“En definitiva, en 1913 (en vísperas de la Primera Guerra Mundial y cuando el mundo ya oscilaba entre la belleza y el abismo) Viena estaba repleta “de fuerza” 7 . “Se había convertido en una ciudad cosmopolita, lo que se constataba y suponía en todo el mundo menos en Viena. Allí, de tantas ganas de autoaniquilarse, se les había pasado por alto que se habían colocado de repente a la cabeza del movimiento que se llamaba Era Moderna debido a que el autocuestionamiento y la autodestrucción se habían convertido en elementos básicos del nuevo pensamiento y a que se había iniciado la “era nerviosa” (como la llamó Kafka). Y en Viena los nervios estaban espectacularmente a flor de piel, de manera práctica, metafórica, artística y psicológica, más que en cualquier otro lugar. Berlín, París, Múnich, Viena. Estas eran las cuatro ciudades al frente de la Era Moderna en 1913.“ 8

  • 7Illies: “1913. El verano del siglo“
  • 8id.

EGON SCHIELE ante el espejo en su taller de la Hietzinger Haupstrasse 101. Al fondo su cuadro “LA MUERTE Y LA MUCHACHA“ (Fotografía de Johannes Fischer), 1915

© IMAGNO/Austrian Archives

La obra maestra de GUSTAV KLIMT: “EL BESO“, 1908/09 © Belvedere, Viena

“Sueño y realidad“

¿Y hoy en día? – Las dos Guerras Mundiales y sus consecuencias provocaron que la Era Moderna Vienesa cayera en el olvido. Hasta que el tema reapareció de manera repentina en la memoria colectiva en 1985. La exposición “Sueño y realidad“ del Museo de Historia de Viena hizo renacer el período entre 1870 y 1930 y al mismo tiempo a todos sus grandes personajes. Más de 600.000 visitantes acudieron a la Künstlerhaus de Viena para regocijarse con la obra de Klimt, Schiele, Wagner, Moser y compañía. El interés por esta época artística y cultural fue de repente más grande que nunca. Y este interés se mantendrá también más allá del año 2018. Puesto que Viena sigue siendo hoy muy interesante.